“No soy residente, pero sí asiduo visitante y amante de esta maravillosa isla, pese a todo.

   Cuando hace más de cuarenta años visité por primera vez las playas del Médano y el Sur de la isla quedé vivamente impresionado por su panorama emocionante. Era un paisaje con grandeza, una visión cercana a la eternidad. El infinito mar bajo la cúpula azul, el desplazamiento tranquilo de las nubes, la firmeza de las arenas, el susurro del viento, el grito intermitente de las aves marinas… ¡Qué plataforma para sentirse más verdadero, más rico en alta vida!
   Pero ahora, me entristece ver desaparecer aquel mundo. Naturalmente no pretendo que la isla se estanque, que hubiera permanecido anclada en el pasado. No. Ni yo, ni creo que nadie de los aquí reunidos sea tan necio. Lo que pensamos es que el concepto de “desarrollo sostenible” debió introducirse y respetarse mucho antes, en lugar de abandonar la isla al egoísmo de los especuladores urbanísticos. De lo que se trata, es de salvar lo que todavía queda y dejar de maltratar a la naturaleza. De lo que se trata, es de respetar la voluntad popular, de informarla sin engaños ni chantajes para que pueda decidir libremente en qué entorno desea vivir, qué herencia desea dejar a sus hijos.

   Por eso, siempre que las plataformas ciudadanas y ecologistas preocupadas por estos temas piden mi apoyo, no dudo en sumarme a su lucha. En este caso, si mi firma no vale porque no soy residente, espero, al menos, que mi voz unida a la de todos en este acto contribuya a que las autoridades nos oigan. El año pasado Vilaflor demostró que la voz del pueblo unida no siempre cae en saco roto”.

José Luis Sampedro

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